
El profesional (cristiano) y su iglesia (1)
Pablo Joel Santana Bonilla
1. Introducción
HISTORIA 1:
Pedro conoció al Señor desde jovencito y fue bautizado pronto. Siempre ha colaborado en su iglesia ya sea en el grupo de jóvenes, dirigiendo las reuniones, compartiendo la Palabra, hasta acompañando las canciones con la guitarra. Fue a la universidad y estudió Filosofía. Al terminar hizo el CAP y empezó a enseñar en un colegio privado concertado. Estuvo enseñando varios años y más tarde pudo presentarse a las oposiciones y ganó una plaza de Profesor de Filosofía en Enseñanza Secundaria. Sigue colaborando con la iglesia, más que cuando era jovencito: es diácono, enseña en la escuela dominical, preside los cultos e incluso predica cuando se lo piden. A veces lleva a algunas hermanas mayores a sus casas después de los cultos y cuando hace falta se acerca al templo para colaborar en el arreglo del local. Es viernes y por la mente de Pedro se cruzan los siguientes pensamientos:
– Esta semana no he parado en el trabajo: clases, reuniones y documentos que rellenar. Mañana tengo reunión del equipo de la escuela dominical, el domingo por la mañana me toca dirigir el culto y por la tarde hay santa cena y debo asistir sin falta pues casi siempre faltan diáconos. Si pudiera me quedaría todo el domingo en casa.
HISTORIA 2:
Margarita conoció el evangelio en la universidad. En su universidad había un grupo de estudiantes de los GBU y por medio de su testimonio llegó a aceptar a Jesús. Estudio Medicina, aprobó el MIR y ahora trabaja en un gran hospital de una ciudad capital de provincia. También conoció a un chico con el que se casó y ahora tienen dos hijos, una niña de seis años y un niño de dos. Al no tener un trasfondo evangélico su experiencia en la iglesia es corta. Siendo estudiante asistía a una iglesia bastante activa. Al casarse cambiaron de domicilio y de iglesia. Asisten a la nueva iglesia desde hace más de tres años pero apenas están ubicándose en ella. Es lunes y de camino al trabajo Margarita reflexiona:
– Ayer fuimos a la iglesia toda la familia y realmente tuvimos un culto hermoso pero me siento como fuera de lugar. Echo de menos la comunidad a la que pertenecí desde que me convertí. La liturgia de nuestra nueva iglesia me resulta extraña y no he terminado de captar el sentido de algunas de sus costumbres. No sé en qué puedo colaborar ni nadie me ha preguntado en que puedo ayudar.
HISTORIA 3
Andrés asistió a la escuela dominical desde niño. De hecho conoció a Jesús como Señor y Salvador en un campamento de niños. Al crecer decidió ir a la universidad a estudiar Económicas. Allí pasó tiempos difíciles de dudas intelectuales y batallas morales. Por la gracia de Dios permaneció fiel al Señor pero al ir creciendo también aumentó su espíritu crítico respecto a su iglesia, la de toda la vida. Comenzó a descubrir que el liderazgo se ejercía de modo unipersonal e incluso a veces autoritariamente, que se prestaba atención a pecados sexuales pero no a la envidia, la murmuración o la avaricia. Al principio callaba pero llegó un momento en que no pudo más y expresaba su opinión, principalmente en las asambleas, aunque también habló más de una vez personalmente con los ancianos de la iglesia. Ayer sábado hubo asamblea de la iglesia y Andrés se levantó hoy domingo con los siguientes pensamientos:
– ¿Cuándo podré asistir a una asamblea de la iglesia en la que no coja un rebote? ¿Por qué el liderazgo de la iglesia es tan cerrado y la mayoría de los miembros tan borregos? ¡Cuánto me gustaría ir un domingo a la iglesia y disfrutar de la alabanza, de un mensaje que verdaderamente fuese de edificación y de poder hablar con mis hermanos y hermanas sin formulismos ni simulaciones!
Me han pedido que hable del tema “El profesional y su iglesia”. Aunque el título no lo incluye explícitamente creo que se dan por sentadas dos cosas: que estamos hablando del profesional cristiano (recuerden el lema de este encuentro: el profesional cristiano ante la multitud de demandas) y que al decir “su” iglesia nos estamos refiriendo a la iglesia de la que el profesional cristiano es miembro (o con la que colabora estrechamente).
“El concepto de profesión ha estado unido al desarrollo de la sociedad; por eso es difícil [encontrar] una definición única, ya que existe una frontera difusa entre lo que es una ocupación y una profesión.
La palabra profesión proviene del latín professio, -onis, que significa acción y efecto de profesar. El uso común del concepto tiene diferentes acepciones, entre ellas, empleo, facultad u oficio que cada uno tiene y ejerce públicamente. Las profesiones son ocupaciones que requieren de un conocimiento especializado, una capacitación educativa de alto nivel, control sobre el contenido del trabajo, organización propia, autorregulación, altruismo, espíritu de servicio a la comunidad y elevadas normas éticas.” (en http://es.wikipedia.org/wiki/Profesional).
La palabra profesional se utiliza también en sentido peyorativo indicando que alguien hace un trabajo de modo profesional, es decir: aséptico, sin poner todo su corazón en ello, aprisa, para terminar pronto. En toda mi exposición utilizaré la acepción positiva del término.
Según lo define un diccionario digital, un profesional “es toda aquella persona que puede brindar un servicio o elaborar un bien, garantizando el resultado con calidad determinada. Puede ser una persona con un título universitario o técnico para el caso de las disciplinas de la ciencia y las artes, puede ser un técnico en cualquiera de los campos de aplicación de la tecnología, o puede ser una persona con un oficio determinado.” (en http://es.wikipedia.org/wiki/Profesional).
Si se fijan esta definición no restringe el rol de profesional a personas que han estudiado una carrera universitaria.
Ahora bien, al hablar del profesional cristiano hemos de tener presente que se trata de alguien que tiene una doble profesión: ejerce una labor profesional y profesa una fe, la fe cristiana.
Podemos convenir, entonces, que el profesional cristiano es aquella persona, discípula de Jesús, que ha tenido la oportunidad y el privilegio de adquirir formación universitaria o de otro tipo, formación que le ha permitido acceder a una profesión y ejercerla.
Como ya he señalado la expresión “su iglesia” en el título de esta ponencia hace referencia a la comunidad cristiana a la que pertenece el profesional cristiano. Nos referimos por tanto a lo que solemos llamar una iglesia local, no a estructuras paraeclesiales, ya sean denominacionales -como por ejemplo la FIEIDE o la UEBE- o interdenominacionales -como por ejemplo GBU o las Sociedades Bíblicas Unidas.
Howard Snyder, en su libro La comunidad del Rey (2005), distingue entre la iglesia y las estructuras institucionales, y define éstas últimas como “estructuras paraeclesiales que existen al lado y de manera paralela a la comunidad del pueblo de Dios pero que no son en sí mismas la iglesia. Tales estructuras tienen tres cosas en común: están organizadas institucionalmente, más que orgánica o carismáticamente; existen al lado o en forma paralela a la comunidad de la iglesia, y existen manifiestamente para servir a la iglesia” (pág. 261). Y prosigue: “al tratar la cuestión de la estructura de la iglesia, es útil establecer una clara distinción entre la iglesia como comunidad del pueblo de Dios y todas las estructuras paraeclesiásticas, ya sean formas organizacionales de la iglesia local, estructuras denominacionales, agencias misioneras, organizaciones evangelizadoras, instituciones educacionales u otras estructuras eclesiásticas” (Snyder, 2005: 261).
Luego señala al menos diez diferencias entre la iglesia y las estructuras paraeclesiales. En la realidad la distinción no es tan radical, como él mismo indica, pero no me resisto a citar cinco de las diferencias. La iglesia es creación de Dios mientras que las estructuras paraeclesiales son creación del hombre; la iglesia es esencial y eterna, las estructuras paraeclesiales son extinguibles y transitorias. La validez de la primera viene determinada por cualidades espirituales y la fidelidad a las Escrituras, mientras que la validez de las segundas viene determinada por su contribución al cumplimiento de la misión por parte de la iglesia. El propósito de la iglesia es glorificar a Dios, el propósito de las estructuras paraeclesiales es servir a la iglesia.
A la luz de lo antedicho, entiendo que la iglesia es la comunidad del pueblo de Dios, formada por hombres y mujeres redimidos por la sangre de Cristo, cuya misión es ser agente del Reino de Dios en la tierra por medio de la adoración a Dios, la edificación del cuerpo de Cristo, la proclamación del mensaje de la reconciliación y el servicio al prójimo. Comunidad que nace, crece y se desarrolla en un contexto espacio-temporal determinado, es decir en un lugar geográfico específico y en un período concreto de la historia humana.
Sin embargo, al pensar en la iglesia siempre hemos de recordar que tiene manchas y arrugas, que está al menos tan arrugada y manchada como yo y como tú. ¿Por qué si no escribió el apóstol Pablo: “… Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5. 25b-27)? Si la iglesia fuese sin mancha ni arruga no hubiera hecho falta que Cristo se entregara por ella. Esto implica que hemos de mirar a la iglesia con realismo. La iglesia es tan frágil como lo somos yo y tú.
En lo que sigue estaré hablando de una relación: la relación del profesional cristiano y su iglesia, la relación de la iglesia y el profesional cristiano.
© 2007 «Pablo J. Santana Bonilla», GBG © 2017 porfineslunes.org. Usado con permiso
Permiso: Permitimos y animamos a reproducir y distribuir este material ya sea de forma completa o parcial tanto como se desee, siempre y cuando no sea cobrando o solicitando donativo alguno por ello, más que el coste de reproducción. Para uso en internet, por favor, usar únicamente a través del link de esta página. Cualquier excepción a lo anterior debe ser consultada y aprobada por porfineslunes.org. Contacto: info@porfineslunes.org
Por favor, incluir el siguiente enunciado en cualquier copia a distribuir: © 2017 porfineslunes.org. Una iniciativa de los Grupos Bíblicos de Graduados de España (GBG). Grupos Bíblicos Unidos (GBU). Website: gbu-es.org
Foto por formulario PxHere