Que las circunstancias no nos pillen desprevenidos

Cuaderno de trabajo creado por Lidia Martín

Empecé a escribir estas líneas casi dos meses después de aquel momento clave en que se estableció el confinamiento y el estado de alarma en España. Lo termino en medio de una nueva normalidad a la que no terminamos de acostumbrarnos. ¿Qué nos depara el futuro? No lo sabemos. Pero tenemos que empezar a pensarlo.

 

La localidad de Madrid donde vivo fue, además, el epicentro de la crisis, así que empezamos a sufrirlo quizá un poquito antes que el resto. Mientras han ido pasando las jornadas y hemos pasado aparentemente los momentos más oscuros de la tragedia vivida hasta aquí, observo de cerca el proceso de desescalada hacia ese “nuevo normal” al que nos dirigimos y pienso que todavía queda mucho por hacer. Porque nada nos indica en este momento que esto sea un asunto acabado. Más bien empezamos a disfrutar de lo que significa un periodo interguerras, pero sabiendo que muy probablemente las curvas pueden volver a presentarse en cualquier momento.

 

Desde la perspectiva que da el tiempo y el recorrido hecho, entonces, desde este “stop forzoso” al que nos hemos visto obligados por el encierro y el nuevo ajuste al que nos lleva la desescalada, creo que haremos bien en prepararnos. Es lo que indica el sentido común, creo. En el mejor de los casos, incluso si se encuentra solución al asunto del COVID-19 que tanto nos acapara hoy, seguiremos enfrentando también otras situaciones de tremendo dolor, inestabilidad y sufrimiento, porque esto ha dejado a su paso mucho y difícil de gestionar. Así que con la convicción de que esta no será la última crisis que vivamos es que quiero proponerte un ejercicio de reflexión juntos, aunque sea en la distancia.

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