
Venid a mí y descansad (II) – El auténtico descanso
Francisco Mira
2
EL AUTÉNTICO DESCANSO Y NUESTRA RELACIÓN CON DIOS
“Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni el Padre conoce alguno sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.
Así pues, para llegar a tener ese descanso que Cristo nos ofrece necesitamos tener una perspectiva correcta de Dios. Ya hemos considerado cómo acceder a ese conocimiento, pero debemos profundizar un poco más. El conocimiento de Dios al que nos referimos no es del tipo intelectual ni teórico, es un conocimiento que tiene que ver con el desarrollo de una relación con Dios. El Dios de la Biblia no es un Dios distante, tampoco inaccesible, todo lo contrario, es cercano, accesible, personal. Alguien con quien podemos relacionarnos. Es más, tenemos que estar en relación con Él y ésta debe ser correcta si queremos experimentar descanso interior. Y la pregunta que debemos hacernos es ¿Qué relación tenemos con Dios en este momento de la vida? ¿Es Dios un desconocido o alguien a quien ignoramos? o ¿Es alguien a quien nos gustaría llegar a conocer? ¿Cómo iniciar y desarrollar una relación significativa con Él?
2.1. JESUCRISTO ES MEDIADOR
Este texto da respuesta a esas cuestiones. Aunque inicialmente parece que lo plantea de una forma compleja, si lo vamos analizando parte a parte, veremos que el planteamiento es sencillo y clarificador.
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre
Cristo ha recibido de Dios el Padre todo. Fijaos que hemos dicho antes “escondiste estas cosas” y ahora dice “todas esas cosas”, las mismas que tú escondiste ahora me las has entregado a mi, es decir, Cristo se convierte en el mediador por excelencia entre Dios y los seres humanos. Todo lo relativo a la revelación y al significado profundo de la existencia está en manos de Cristo.
Y a continuación dice: “y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo quiera revelar”.
¿Qué quiere decir esta afirmación? Que sólo el Padre conoce bien al Hijo, y sólo el Hijo puede llegar a conocer al Padre. Sólo Él puede entender las riquezas del conocimiento y del amor de Dios, lo cual nos comunica la idea de que Padre e Hijo tienen una relación única entre ellos.
Pero parece como si hubiésemos entrado en un círculo vicioso que no se puede romper de ninguna manera: nadie conoce al Hijo, sino sólo el Padre y nadie conoce al Padre sino sólo el Hijo. Es hacia el final de este texto que se nos da la salida, y parece coincidir con lo dicho anteriormente. Es decir, Cristo es el único que puede darnos a conocer a Dios y lo dice de esta forma tan directa pero tan profunda. Si queremos iniciar y desarrollar una relación única con Dios, sólo puede ser a través de Jesucristo. Lo que se deriva de esa afirmación es que no existen muchas formas de conocer a Dios y que no hay otros caminos para conocer a Dios aparte de Jesucristo. Da la impresión que Jesucristo pretende ser muy exclusivista pero dicha pretensión no es caprichosa, ni gratuita.
Sólo a través de Cristo podremos conocer a Dios por su revelación y ésta nos permitirá entrar en una relación personal y única con Dios, inimaginable hasta ahora.
Cristo está comprometido con que todos conozcan a Dios, por eso, no hay que entender dicha afirmación en términos de exclusivismo.
La quinta premisa para hallar verdadero descanso es: una relación personal con Dios a través de Jesucristo.
2.2. JESUCRISTO ES EL CAMINO
¿Quien es Cristo para afirmar tales cosas? Cristo ya ha dejado muy claro en este texto que nadie conoce al Padre sino el Hijo y nadie conoce al Hijo sino el Padre, es decir, Cristo nos está comunicando que Él y Dios, en esa relación única, comparten una unidad que excede a toda comprensión humana.
Padre e Hijo son el mismo Dios, y Jesucristo es Dios hecho hombre. Es por esto que Cristo habla con autoridad, es por eso que nos dirá: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre si no por mí” Juan 14:6.
Así que en medio de una situación como la que vivimos en Occidente, de pluralismo religioso, de una gran variedad de opciones religiosas en cuanto a cómo alcanzar a Dios, cómo prepararnos para la vida después de la muerte, cómo alcanzar la perfección, la plenitud; El Evangelio aclara el camino y hace una revelación sorprendente y singular que convierte esta cuestión en algo tan sencillo que nos cautiva y nos maravilla. Únicamente a través de Jesucristo podremos conocer realmente a Dios y el significado de la vida. Esa es otra premisa para poder experimentar el auténtico descanso. ¿Cómo se atreve Jesucristo a hacer esa afirmación? La respuesta es que habla con la autoridad que le confiere ser Dios mismo.
Ningún líder religioso ha tenido, ni tuvo la pretensión de ser Dios mismo. Cristo la tiene y Cristo dio testimonio de ser único, nada más y nada menos que Dios hecho hombre. Realizó señales que sólo alguien auténtico podría realizar, por eso habla con autoridad.
Sólo Cristo puede revelarnos a Dios. Si queremos llegar a experimentar ese descanso que Cristo nos ofrece, descanso para nuestro ser interior, la clave está es nuestra relación con Cristo, y por ello es importante preguntarnos ¿Cuál es nuestra relación con Cristo?
3
EL AUTÉNTICO DESCANSO Y NUESTRA RELACIÓN CON JESUCRISTO
“Venid a mi, todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”
Hay tres afirmaciones significativas en esta sección, vamos a considerarlas una a una y ver la importancia que tienen en esta cuestión tan trascendental del verdadero descanso.
3.1. UN LLAMAMIENTO GENERAL: VENID A MÍ
Cristo es quien toma la iniciativa y esto es lógico, un llamamiento como este no lo puede hacer cualquier persona.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar”.
“Venid a mi”, dice Cristo, Dios hecho hombre, por eso no deberíamos esperar, ni dudar, nos está haciendo una invitación muy directa, la más importante sin lugar a dudas de nuestra vida. Cristo es quien tiene en sus manos todo lo relativo a nuestra salvación, al significado de nuestra existencia.
Cristo nos llama a todos los trabajados y cargados, ¿Alguno de nosotros esta exento del trabajo y de las cargas de la vida? No, pero a pesar de ello podemos rechazar este llamamiento general. Si alguno de nosotros no va es porque decide no hacerlo. Otros pueden pensar que este no es el momento, aunque en realidad nunca sabrán cuál será el momento, dejar esta cuestión tan trascendente para más adelante no es sabio. Ninguno de nosotros sabemos cuál es nuestro futuro, por ello, si vemos claro que estamos viviendo una existencia poco significativa, llena de cargas, de frustración y sin esperanza, vale la pena ser sabios y no dejar esta cuestión para más adelante y aceptar este ofrecimiento de Cristo. Si eres cristiano y estás cansado debes acercarte a Cristo, y dejar que a través de la relación con Él las cosas se empiecen a enfocar bien de nuevo y puedas experimentar descanso y paz. Es un llamamiento general, porque todos tenemos esa profunda necesidad. Pero cada uno de nosotros necesita reconocerlo.
A todos los que estáis, trabajados y cargados, ¿Qué tipo de trabajo o a qué tipo de carga se refiere? Evidentemente al decir trabajados se está refiriendo a esa especie de cansancio existencial, moral, espiritual, en medio del cual llegamos a pensar que la vida no tiene sentido. Cuando dice cargados se refiere a aquellas situaciones que experimentamos y que no acabamos de entender, cuando a una dificultad le sigue otra y poco a poco nos agotamos.
Es entonces cuando en medio de ese cansancio, en medio de la rutina, vamos acumulando más y más cargas pesadas en nuestro ánimo.
Él nos llama nada más y nada menos que para darnos descanso, y un descanso que es único, un descanso que tiene que ver con el presente, un descanso que llegará a ser definitivo y para siempre. Ante una oferta como esa deberíamos valorar de una manera muy consciente dicho llamamiento.
La séptima premisa para hallar verdadero descanso es: aceptar el llamamiento de Cristo.
3.2. UN MANDAMIENTO SORPRENDENTE: LLEVAD MI YUGO
Cristo dice: “llevad mi yugo sobre vosotros”. Puede parecer una paradoja pero recordemos que quien nos habla nos conoce muy bien. Cristo nos pide que llevemos su yugo, es una cuestión de dirección en la vida, podemos llegar a estar muy cargados y trabajados por no estar bien orientados, por estar en una dirección incorrecta. Esta invitación es a ponernos un yugo, el de Cristo. Él irá a nuestro lado, sobrellevará nuestra carga y además nos orientará en la vida, nos dará significado.
El yugo de Cristo es la revelación de Dios, la palabra de Dios, el Evangelio.
¿Qué tenemos que hacer? pues acercarnos a Cristo, aceptar la salvación que Cristo ha ganado para nosotros, vivir conforme a su palabra. El yugo de Cristo es ligero, suave, bien ajustado y lleno de gracia y amor.
Para llevar ese yugo debemos conocer a Cristo, debemos estar familiarizados con Él. El conocimiento y la confianza en la palabra de Cristo es la que da descanso a nuestra alma.
En la medida en la que estoy dispuesto a escuchar, a llevar el yugo de Cristo, voy a poder experimentar ese descanso y la salvación.
La octava premisa para hallar verdadero descanso es: obedecer la palabra de Cristo.
3.3. UN MODELO ÚNICO: APRENDED DE MÍ
Jesucristo se nos presenta como un modelo único, en la escuela de la fe necesitamos seguir a Cristo “y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas”.
Cristo, el maestro, nos está demandando un seguimiento, un discipulado a seguirle y aprender de Él. La vida cristiana no consiste únicamente en recibir el yugo de Cristo, la salvación. La vida cristiana es el principio de una nueva relación con Cristo y con Dios, y una de las implicaciones es seguir a Cristo en esa nueva vida. Es interesante ver que Cristo destaca dos cualidades de su carácter que debemos imitar, una es “que soy manso”. Posiblemente en nuestra época, como en otras, no tenemos un buen concepto de la mansedumbre.
Normalmente asociamos esto con debilidad, con toda una serie de cualidades negativas de la persona y del carácter. Pero cuando entendemos bien las dimensiones de lo que significa la mansedumbre reconocemos que hay que ser muy fuertes para llegar a ser mansos. Manso es aquel que confía plenamente en Dios y en su poder en todos los momentos de la vida, no en su propio poder, sino en la grandeza y soberanía de Dios. Por eso es manso, por eso se sujeta y descansa plenamente en Dios. La capacidad de autocontrol, de autodominio para ser manso es realmente elevada.
Cristo siempre estuvo dependiendo de Dios y fue alguien que mientras estuvo aquí entre nosotros demostró una combinación fenomenal de fortaleza y dominio propio.
En segundo lugar, nos dice que es “humilde de corazón”, manso y humilde de corazón. Ser humilde tampoco es popular ni lo que destaca en nuestra sociedad. Hoy sobresalen cualidades como la arrogancia, el ser asertivos, casi agresivos, “si no, nos pisotean”.
El Evangelio de Cristo, nos propone un camino superior: tener una identidad fuerte, clara en Cristo, y ser humildes, reconociendo que no lo sabemos todo y renunciando a ser los primeros, a la autopromoción, optando por descansar en Dios y encomendándose a Él. Y si Cristo, siendo quien es fue manso y humilde de corazón, ¡qué mejor opción para nosotros que aprender de Él!
La novena premisa para hallar verdadero descanso es: imitar a Cristo.
4
CONCLUSIÓN: LAS TRES CLAVES DEL AUTÉNTICO DESCANSO
“…y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”.
Permitidme algunas consideraciones finales más sobre este asunto:
El descanso no es el fin, es una consecuencia.
Como en el caso de la felicidad, este descanso profundo y anhelado es consecuencia y no fin. Cuando vivimos a la luz de una perspectiva y conocimiento correcto de Dios, cuando tenemos una relación correcta con Dios a través de Jesucristo, cuando llevamos su yugo, y aprendemos del carácter de Cristo entonces hallamos descanso. Al margen de estas realidades y relación nunca hallaremos descanso para nuestra alma.
El descanso es el resultado de estar bien dirigido en la vida.
Sí, nunca hallaremos ese descanso que todo ser humano anhela sin Dios, sin Cristo, sin ese yugo de la salvación que encontramos en la palabra de Dios. Debemos dejar de vivir al margen de Dios y bajo nuestro propio yugo o el de otros. La realidad es que son demasiados pesados y conducen al hastío, a la desesperación y a la muerte. Cristo es el camino, sólo Él puede dar dirección a nuestra vida, sólo Él puede darnos vida en abundancia y palabras de vida eterna.
Estar con Cristo es una experiencia liberadora.
Estar en Cristo produce un cambio profundo de nuestra vida, de nuestro carácter. Cuando le seguimos mansa y humildemente, entonces empezamos a experimentar el auténtico descanso. Su carga es ligera. En el presente el trabajo y las cargas de la vida no desaparecen de forma completa o definitiva pero en Cristo hallamos fuerzas e inspiración para hacerles frente, llenos de esperanza anticipando un futuro glorioso y eterno.
¿Quieres hallar descanso?, ven a Jesucristo porque sólo Él puede ofrecértelo.
© 2009 «Francisco Mira», Básicos Andamio
© 2015 porfineslunes.org. Usado con permiso
Permiso: Permitimos y animamos a reproducir y distribuir este material ya sea de forma completa o parcial tanto como se desee, siempre y cuando no sea cobrando o solicitando donativo alguno por ello, más que el coste de reproducción. Para uso en internet, por favor, usar únicamente a través del link de esta página. Cualquier excepción a lo anterior debe ser consultada y aprobada por porfineslunes.org. Contacto: info@porfineslunes.org
Por favor, incluir el siguiente enunciado en cualquier copia a distribuir: © 2015 porfineslunes.org. Una iniciativa de los Grupos Bíblicos de Graduados de España (GBG).Grupos Bíblicos Unidos (GBU). Website: gbu-es.org