No hay suficiente trabajo

El desempleo es una posibilidad real para los estudiantes que van a entrar en el mundo laboral. Pero siempre se puede usar ese tiempo para el servicio y el crecimiento espiritual.

 

El gran problema de los recién graduados no es un largo periodo de desempleo, sino encontrar su primer empleo. Sin embargo, muchas de las lecciones son las mismas para la gente en una de esas dos situaciones, particularmente si lo que empieza como 2 meses extra de vacaciones se convierte en una pesadilla de doce meses sin trabajo.

 

Un principio general de la Escritura es que el trabajo es bueno, y que debemos encontrar una ocupación que merezca la pena. Es decir, que bíblicamente no tenemos la opción, por más que nos apetezca, de estar desocupados.

Arréglatelas si no has encontrado trabajo

Utiliza toda la ayuda que puedas conseguir.

 

Acepta que el desempleo puede hacer que aumenten tus problemas personales y emocionales, además de los problemas prácticos como la pérdida de ingresos. Hagas lo que hagas, no intentes arreglártelas por ti mismo. Permite que familiares y amigos te ayuden y apoyen. Consigue que otros estén orando por ti. Encuentra un consejero o un amigo comprensivo con quien puedas hablar sobre tus reacciones y sentimientos. Busca un grupo de gente desempleada con quien compartir, y si no existe tal grupo, ¡créalo!

 

Observa atentamente las reacciones que son comunes entre personas sin empleo. Las más comunes son el enojo y la depresión. Haz lo que puedas con ellas tan pronto como empiecen a aparecer. Sé consciente de que tu desempleo también podría ser una carga para tu familia, y busca los puntos de tensión que se puedan generar para tratarlos antes de que se hagan demasiado grandes.

Tómatelo con calma

Combina la esperanza de que el periodo de desempleo sea corto con ese realismo que acepta que quizás no sea así.

Mantente ocupado

Nunca estés sin hacer nada. Haz una lista de cosas para hacer. Arregla el jardín de la señora mayor que vive al final de la calle. Pasa un par de mañanas durante la semana en la oficina de la iglesia o en centros locales de caridad. Ofrécete como voluntario de alguna organización. Empieza un nuevo ministerio en la iglesia. Búscate un nuevo hobbie. Desarrolla nuevas habilidades domésticas. Corre, nada, ve en bicicleta, ve al gimnasio. Ofrece ayudar a tus vecinos en aquello que tú puedas realizar. Cada semana, planifica y haz algo nuevo que no has hecho antes.

Estructúrate el día y la semana

No tener un objetivo pronto te llevará al aburrimiento y a la desesperación. Sigue una estructura clara y una rutina como si estuvieras trabajando

Usa esta oportunidad para aprender nuevas habilidades

Aprovéchate de los programas de formación que se ofrecen a los parados. Haz algún curso, aunque sea de algo que nunca te habrías planteado.

 

Piensa que Dios te está dando un periodo sabático para que puedas hacer algo especial para Él.

 

Puede ser realizar algún servicio especial, o dedicar mucho tiempo a la oración, o al estudio de la Biblia.

Toma esta oportunidad para reflexionar

Date un tiempo para pensar seriamente acerca de tu carrera profesional, tus valores, tus metas y prioridades, tu familia, los principios que controlan tu vida, y tu relación con Dios. Realiza cualquier ajuste necesario. También puedes aprovechar para desarrollar un estilo de vida más sencillo y así entender mejor a los menos afortunados.

Invierte tiempo en tus amigos y familiares

Lucha contra la tendencia a alejarte de ellos. Dios te está dando un tiempo extra para que lo pases con ellos. Acércate a gente que está sola. Haz nuevos amigos en tu iglesia y en tu barrio.

Si tienes problemas financieros, consigue ayuda antes de que sea grave

Vuelve a hacer un presupuesto, adaptado a tu situación actual. Quizá puedas modificar la cuota de tu hipoteca. Busca asesoramiento. Aprovecha las ayudas del Estado.

 

Haz uso de todos los programas para los desempleados gestionados por el gobierno, las iglesias u ONGs.

 

Busca asesoramiento sobre la elaboración de cartas de presentación y de un currículo vitae, sobre cómo rellenar una solicitud de trabajo, y sobre técnicas para enfrentarte a una entrevista.

 

Recuerda que el desempleo es un desafío, no una catástrofe.

 

Aunque sea una experiencia desagradable, decide aprovecharla para aprender y crecer como persona y como cristiano.

Este artículo esta basado en el capítulo sobre el desempleo de What Could I Say? – A Handbook for helpers, Peter Hicks, IVP. Ha sido reproducido con su permiso.

LIBROS

 

– What Could I Say, Peter Hicks, IVP The Graduate Career Handbook, Shirley Jenner, FT Prentice Hall

– What Colour is Your Parachute, R Nelson Bolles Ten Speed Press www.jobhuntersbible.com

– Test Your Own Aptitude, Barrett & Williams, Kogan Page

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