
Vota sabiamente (3) – La Salud el bien a cuidar
Ángel Sierra Hernández
Introducción
La salud es un derecho inalienable recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 que en su artículo 25 dice: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…” En la Constitución Española no solamente se reconoce el derecho a la salud, sino que el estado, los poderes públicos tienen la competencia y responsabilidad de garantizar ese derecho.
La Organización Mundial de la Salud la define “como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Es interesante comparar esta definición de la OMS con el concepto bíblico de bienestar expuesto en el Antiguo Testamento (Jeremías 33.6: Yo mismo traeré sanidad y medicina; y los sanaré, y les revelaré la abundancia de paz y de fidelidad), como en el Nuevo Testamento (3Jn.2: ¡Oh amado, anhelo que en todas las cosas seas prosperado y tengas salud, así como prospera tu alma). El enfoque integral de la salud en cuanto a la persona y su relación con el entorno, presente en la enseñanza bíblica y recogido en la definición de la OMS, es preciso tenerlo como el referente principal de actuación. Todo modelo sanitario desarrollado en términos genéricos tendría que tener esta meta de salud.
¿Qué es un sistema sanitario?
Los estados han desarrollado lo que se llaman los sistemas sanitarios, que es una estructura articulada de recursos y servicios disponibles con el fin de atender las necesidades de salud de su población. Esos Sistemas de Salud se pueden desarrollar de diferentes formas de acuerdo a las variables que le dan contenido y dependen del modelo de estado, de la capacidad económica del mismo y otras variables. Así se creó el Sistema de Salud cubano con unos resultados excelentes en su inicio por los cambios positivos que produjo en una Cuba insalubre y con grandes carencias, aunque la crisis económica que ha padecido por años condicionara casi su ruina. La diferencia político social no lo hace extrapolable a un país como el nuestro.
En el polo opuesto se encuentra Estados Unidos, donde la Sanidad es privada debiéndose costear el ciudadano un seguro y eso lleva a la situación actual donde se calcula que 46 millones de estadounidenses no tiene ningún seguro médico, teniendo sólo la cobertura que les puede dar lo que en otras épocas en nuestro país se llamaba la Beneficencia.
¿Que metas tiene un Sistema Sanitario? Según la OMS (Informe Mundial de la Salud 2000) los objetivos o metas intrínsecas de los sistemas sanitarios son:
• Mejora de la salud
• Reducción de las desigualdades en salud entre los individuos
• Mejora de la Capacidad de Respuesta del sistema sanitario (respeto al trato a las personas y a la atención a sus preferencias como cliente)
• Reducción de las desigualdades en Capacidad de Respuesta. Financiación justa o equitativa (protección del riesgo financiero que supone la enfermedad en las familias).
Estos puntos de la OMS entran dentro de lo que como cristianos, miembros de una sociedad, nos parece correcto por su carácter equitativo y de respeto a la persona.
Sistema sanitario español
Con la ley General de Sanidad en 1986 se puso en marcha el desarrollo de un nuevo modelo sanitario en España financiado a impuestos y con el empeño de dar una cobertura universal. Además, se consideró que el financiador (el que paga) y el proveedor del servicio (el que atiende) era el mismo Sistema, salvo en el caso de MUFACE, que contrataba un servicio privado. Una de las ventajas de este modelo de financiador y proveedor único es la exclusión del efecto perverso de selección de riesgo: cualquier sujeto independiente del coste que suponga su atención sería atendido. Es casi inevitable que si el proveedor recibe un dinero por dar el servicio, intente gastar lo menos posible para incrementar su ganancia, algo que queda menos expuesto cuando financiador y proveedor es el mismo, eso lleva también al incremento del gasto.
Por último la ley 41/02 de autonomía del paciente puso el último eslabón de lo que hoy es nuestro Sistema Nacional de Salud donde nos movemos; en esta ley queda definido el usuario o paciente como el centro autónomo de la asistencia. Por ejemplo, debido a esto es preciso solicitar del usuario o paciente el consentimiento informado de las actuaciones como puede ser un intervención quirúrgica.
Las transferencias a las diferentes Comunidades Autónomas en la última década del siglo pasado hizo posible personalizar en cada Comunidad el desarrollo de estas leyes, se han producido ciertas diferencias en cuanto a las prestaciones, no es homogénea la implantación de algunas muy necesarias, por poner un ejemplo el cribado poblacional del cáncer de colon.
Situación actual
Era muy evidente un incremento del gasto sanitario en los últimos años que para muchas voces no era asumible; si no se usó la palabra quiebra fue con el propósito de maquillar la situación. La deuda que progresivamente iban acumulando las Comunidades Autónomas era liquidada por la administración central, cada cierto tiempo.
Llegamos a los últimos ocho años con la llegada de la crisis económica y la necesidad de cuadrar las cuentas públicas para cumplir con los compromisos europeos que desencadenó una oleada de ajustes en las políticas de gasto público, y estos alcanzaron de lleno a la sanidad española.
Por la urgencia de recortes indiscriminados, se tomaron decisiones sobre privatización de servicios, puesta en marcha de leyes que aportan sesgos a la cobertura universal, y que dieron lugar a protestas generalizadas, incluso para algunos miedo al desbaratamiento del Sistema Nacional de Salud. Quizás Madrid fue un lugar de protesta que ha llevado a dar marcha atrás a las privatizaciones. Otro ejemplo es el tratamiento de la hepatitis C con unos fármacos muy costosos, que por la protesta pública y el rechazo de los profesionales a las medidas oficiales ha dado lugar a lo que se conoce como el PLAN ESTRATÉGICO PARA EL ABORDAJE DE LA HEPATITIS C EN EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD, que puede considerarse como un documento excelente que está de acuerdo con el conocimiento y la acción social.
Es evidente que la Sanidad pública debe apretarse el cinturón, pero sería deseable que se hiciera en base a unos criterios objetivos, no es bueno hacer recortes lineales como por ejemplo en gastos de personal, cuando todos los informes vaticinan tiempos de escasez de personal médico y de enfermería.
No queda más remedio de cara al futuro que plantearse unas medidas que hagan asumible el gasto y a la vez no se pierdan prestaciones con el propósito de cumplir con los principios de nuestro Sistema Sanitario: garantizar la salud, el libre acceso a los servicios sanitarios y la equidad en ese acceso, considerándose como un bien irrenunciable, incluso para los más desprotegidos como los inmigrantes que hoy día están en inferioridad (“Tampoco rebuscarás tu viña, ni recogerás los frutos caídos de tu viña, sino que los dejarás para el pobre y para el extranjero… Cuando algún extranjero habite contigo en vuestra tierra, no lo oprimiréis. Como a uno nacido entre vosotros os será el extranjero que resida con vosotros. Lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto”: Lv 19.10 y 33–34); de ahí la importancia de defender esa cobertura universal.
Las encuestas en nuestro país valoran positivamente nuestro Sistema Sanitario pese a los problemas que se están planteando, pero puede haber cambios. Un problema es la llamada privatización del sistema.
La privatización del Servicio, con financiación pública no es la solución necesaria, puede implicar una selección del riesgo y dentro de los movimientos de capital actual, ¿quién garantiza que una multinacional representada por la compañía X decida dejar de dar Servicio en un momento dado?
La mejora necesaria pasa por una reforma del Sistema Sanitario público español para hacer frente a las circunstancias actuales y futuras.
Preguntas a dirigir a los diferentes programas
1. De cara a la cobertura sanitaria universal en el estado español ¿Se establece un régimen de cobertura sanitaria a todo ciudadano afincado en el estado español independientemente de su situación laboral o nacionalidad?
2. En cuanto a la equidad de la asistencia ¿Se garantiza la equidad entre todas las comunidades autónomas? ¿Hay algún proyecto de equiparar todas las prestaciones y que no haya inequidades como por ejemplo implementación de un programa de diagnóstico precoz de cáncer de colon en todas las comunidades?
3. En cuanto a la financiación y provisión de la asistencia ¿se garantiza una asistencia completa con un grado de calidad completo aún en la concertación privada?
4. ¿Existe un programa de desarrollo sociosanitario o puesta en marcha en toda su extensión de la ley de dependencia?
5. ¿Están dispuestos a valorar la puesta en marcha de un pacto de la Sanidad para resolver las situaciones de precariedad presupuestaria etc.?
Angel Sierra Hernández
Médico especialista en Aparato Digestivo. Experto Universitario en Gestión de Unidades Clínicas. Máster en Dirección Médica y Gestión Clínica. Jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria. Formó parte del grupo fundacional de Grupos Bíblicos Universitarios (GBU) en Madrid. Ha sido presidente de la Unión Médica Evangélica.
Este es el tercero artículo de una serie de seis
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